Karesuvanto y Karesuando

Estos dos municipios guardan una historia común muy peculiar.

Karesuvanto es un municipio finlandés en la orilla norte del río Mounio con apenas 140 personas, mientras que Karesuando es un municipio sueco de unos 300 habitantes y que se encuentra en la orilla sur del mismo río, pero apenas separado del primero solo 700 metros.

Resulta que Karesuvanto y Karesuando solían ser un único municipio de Finlandia (de hecho, en finlandés, a Karesuando se le sigue llamando Karesuvanto, igual que su parte). Esto cambió en el año 1809 cuando Suecia perdió la guerra finlandesa contra Rusia y este último creó el Gran Ducado de Finlandia, dando lugar más o menos al territorio que actualmente ocupa el país.

En ese momento se estableció una frontera coincidiendo con el río Mounio y la antaño única localidad quedó dividida en dos, una en cada país. Curiosamente la parte “grande” del municipio se quedó en Suecia.

Durante la II Guerra Mundial esta localidad y sus alrededores también fueron motivo de disputa, así queda reflejado en el conjunto de búnkeres que se encuentra en sus inmediaciones por el lado finlandés. Estas batallas se enmarcan dentro de la llamada Guerra de Laponia que acabó ganando Finlandia en 1945.

Actualmente la situación es un tanto rocambolesca. Dos países dividen a un municipio que antiguamente era uno solo, y lo peor es que ambos países viven en 2 franjas horarias distintas, pues en Finlandia tienen una hora más que en Suecia, imaginad el pequeño lío para coordinarse entre los vecinos de uno y otro municipio, aparte de que un siglo después, los dos idiomas han calado en sus respectivas poblaciones, y aunque en ambos lugares hay gente que habla ambos idiomas, no deja de ser un pueblo con dos idiomas y horarios distintos.

La buena noticia es que los vecinos de este peculiar pueblo fronterizo puede celebrar la nochevieja dos veces, pues una vez pasadas las 00:00h del 31 de diciembre en Finlandia, estos pueden cruzar el puente hacia Suecia y volver a celebrar la nochevieja. Bueno… si no fuera por los -30 o -40º que puede hacer en esa época del año. Como para tomarse las uvas allí.

A todo esto, se trata de un lugar perfecto para ver las auroras boreales. Durante nuestro viaje visitamos este enclave, su antigua iglesia y sus calles.